dilluns, 28 de novembre del 2011

Rumasa: No hay dos sin tres (publicat per Eliseu Santandreu al Diari Sabadell el 24 de novembre)


Aunque era una muerte anunciada, la sonada desaparición de la Nueva Rumasa ha supuesto un fuerte impacto en la sociedad española, sobre todo para sus trabajadores, proveedores, bancos e inversores que adquirieron pagarés “garantizados” con una rentabilidad que quintuplicaba la del mejor activo financiero de aquella época.

Tras varios meses de negociaciones, Nueva Rumasa encontró un comprador que se haría cargo del holding.  El supuesto “salvador” era Ángel Cabo y, la operación se realizaría a través de una de sus empresa –una sociedad limitada denominada Back in Business. Ese mismo reflotador, compró hace un año al ex presidente de la CEOE, Gerardo Díaz la red de agencias de turismo Viajes Marsans. Un mes después de esa adquisición presentó un ERE para despedir a 1.000 trabajadores. Posteriormente, Marsans fue liquidada dejando pendientes de liquidar 424 millones de euros que debía a sus acreedores.

Todo se fue al garete cuando salió a la luz que la situación del que había de salvar Rumasa era sumamente delicada. Tanto la Seguridad Social como la Agencia Tributaria, tienen embargadas varias de sus empresas. Las intenciones de los Ruiz Mateos no eran tan limpias y éticas como proclamaban sus dueños ya que el objetivo era “endosar el marrón” al experto en operaciones poco claras y quitarse de encima el problema que los Ruiz Mateos habían creado.


PRIMERAS SENTENCIAS
Afortunadamente la Justicia se opuso a esa venta con una celeridad inusual. Recientemente, el juzgado de lo Mercantil número 1 de Granada acordó el embargo cautelar de bienes del patriarca de la familia Ruiz-Mateos y de dos de sus hijos, Javier y Álvaro, por 618,26 millones de euros para cubrir el agujero patrimonial de postres Dhul, en concurso de acreedores. En un auto publicado por el juez Blas González los afectados deben proporcionar al juzgado una relación de sus bienes y derechos a fin de cubrir el importe embargado, con aviso de que pueden enfrentarse a sanciones por "desobediencia grave" si incumplen la orden judicial.

El Juzgado de lo Penal número 3 de Madrid ha condenado recientemente a dos de los hijos de José María Ruiz-Mateos, Pablo y Alfonso, a un año de prisión por un delito contra la Hacienda Pública así como una multa a cada uno de 1,4 millones de euros, que se corresponde con el importe defraudado.

Aún hay más juicios pendientes de celebrar. Sin embargo, el final de la película es fácil de predecir: En cuanto a las penas pecuniarias los afectados recurrirán todo lo recurrible para pagar lo menos posible, aunque el agosto lo harán sus abogados y, en caso de responsabilidad penal, José Mª Ruiz Mateos asumirá la responsabilidad, eximiendo así a sus hijos y, por su avanzada edad no irá a la cárcel. No es probable que se pegue el tiro que prometió, cuando dijo que antes se suicidaría que engañar a nadie.

¿DÓNDE ESTÁ EL DINERO?
Según inspecciones llevadas a cabo por la Agencia Tributaria, durante los últimos años, el clan creó un entramado de 200 empresas que integraban el conglomerado de Nueva Rumasa, que incluye las sociedades con actividad económica real, las meramente instrumentales y las que son consideradas "no oficiales" o se encuentran en "manos amigas" –hombres de paja-
José María Ruiz-Mateos no tiene apenas nada a su nombre y ni siquiera aparece como administrador de las empresas del conglomerado. Sin embargo, el juez de Granada considera suficientemente probado que era él quien tomaba todas las decisiones.
La familia no ha ocultado nunca la existencia de varias empresas en países del Caribe, aunque por razones bien distintas a las que sospecha la Fiscalía. Los Ruiz-Mateos han defendido desde el primer momento que no se ha desviado ni un solo euro al exterior, que nunca han repartido dividendos y que con la creación de sociedades fuera de España lo único que se perseguía era evitar “otra expropiación”.

UN RUEGO

Dice el refranero popular que “no hay dos sin tres” ¡Por favor! señores Ruiz Mateos, no se les ocurra volver a crear una NOVISIMA O TERCERA RUMASA, confiando en que encontrarán personas piadosas y admiradoras de su familia que seguirían creyendo a pies juntillas las promesas del clan para ser, una vez más, victimas de sus ardides.