dilluns, 11 de març del 2013

Negocios ejemplares. Eliseu Santandreu a Expansión el 7-3.


Cuando hacemos referencia a empresas centenarias catalanas solemos señalar a Codorniu, Freixenet, Banco Sabadell, Damm, Grupo Roca, Puig o Grupo Catalana entre otras. Sin embargo, olvidamos a muchos comercios emblemáticos de los cuales Barcelona puede presumir y enorgullecerse.

Invito al lector a que, aprovechando un paseo por Barcelona, observe las placas que figuran ante las puertas de muchos comercios en las cuales destaca la antigüedad del local. Quedará gratamente sorprendido.

Acotando el paseo a la Rambla, Plá de la Boqueria, calle Nou de la Rambla y el Raval, sin ánimo de publicidad y admitiendo, por supuesto, que no figuren todas, caben destacar: Pastelería Escrivá esquina calle Petxina de 1829; Granja Viader en la calle Xuclá de 1870; la Farmacia Carme de la calle del Carmen de 1883; Zapatería Ampurdanesa de Nou de la Rambla de 1845; Camisería Saúco del Pla de la Boqueria de 1820 o, en el barrio de Sans, Óptica Gantzer de 1899 o Ferretería Porxas también de 1899.


Esos negocios, tan distintos entre sí han superado dos guerras mundiales aunque solo fuera por los daños colaterales, una guerra civil y un sin fin de crisis cíclicas. A pesar de esas vicisitudes durante muchísimas décadas, han estado abriendo cada día la persiana.

Con toda seguridad, muchos propietarios de esos negocios tuvieron ofertas para traspasar el negocio, vender o alquilar el local situado en un lugar privilegiado de la ciudad a entidades de Ahorros, tiendas de moda, restaurantes de comida rápida o de venta de abalorios. De haber accedido a esas suculentas ofertas hubieran podido vivir tranquilamente y sin problemas, el resto de su vida. Sin embargo, optaron por continuar el negocio y dejarlo en herencia a las futuras generaciones siguiendo el ejemplo de sus antepasados.

Esa permanencia del negocio familiar contrasta con el enorme trasiego de establecimientos que abren sus puertas para cerrarlas al poco tiempo, bien por carecer de financiación o por no haber realizado un buen plan de negocio, mientras aquéllos supieron compensar los malos resultados propios de los períodos de crisis con los buenos de los tiempos de bonanza y, sobre todo, disponer de una enorme capacidad de adaptación a los rápidos e implacables cambios que proporciona el paso del tiempo, las modas y la competencia, cada vez más agresiva..

Las Escuelas de Negocio tan proclives a utilizar en sus clases casos sobre multinacionales, mejor si son de Silicon Valley deberían también estudiar las causas que han permitido la permanencia de esos negocios durante tantos años con el añadido de haber sabido conservar joyas arquitectónicas y  obras de arte en marquetería que figuran en las guías turísticas. 

1 comentari:

llorenç Gimenez ha dit...

Es una lista magnifica de establecimientos de solera que existen en Barcelona,