dimarts, 27 de gener del 2015

La perversión de la economía. Per Eliseu Santandreu

Existe un consenso del colectivo formal de los profesionales de la Economía por el cual el papel fundamental del economista es el de analizar y buscar el origen y razones producidos por los fenómenos registrados en un entorno económico determinado o comparar los resultados de un entorno con otros entornos afines. Por consiguiente rechazan de plano todo augurio infundado, sobre todo a largo plazo ya que ello no es más que una perversión de esa finalidad.

Los profesionales que afirman lo que sucederá en las próximas decenas de años parecen ignorar que el devenir de la actividad económica no es más que el resultado de las decisiones de infinidad de agentes económicos que con las mismas modifican de continuada y sustancialmente cualquier devenir que se haya podido preestablecer como un modelo estático y único.

La actuación de algunos economistas mediáticos aupados por el desmedido afán de algunos medios sensacionalistas de comunicación los cuales se percataron que “fichar” a economistas catastrofistas poco rigurosos en sus análisis y menos creíbles en sus augurios incrementaba sustancialmente su audiencia, objetivo final de su propia existencia ya que cuanta más audiencia mayores ingresos por publicidad, han supuesto un vehículo idóneo para algunos personajes.


Solo así se puede entender que se hayan oído y visto afirmaciones como que España saldría en el 2012 del Euro; que el barril Brent superaría los 200 dólares en el año 2013 o las desdichas y fatalidades que afirman sin recato que sucederán dentro de 20 o 30 años, -obviamente, plazo que nadie le podrá reprochar nunca-, por algunos personajes supuestamente expertos que no solo siguen en el candelero sino que son admirados y seguidos por una parte de la población que les adoran como a gurús, y siguen a pies juntillas lo que oyen decir al “oráculo” como si se tratara de una palabra divina. Obviamente, esos predicadores solo persiguen notoriedad y beneficios económicos gracias a las tertulias que se los “rifan” y a los libros que editan.

Sin perjuicio de otros, caben resaltar varios arquetipos de esos “videntes económicos”.

POLITIZADO. Aquellos que pertenecen, directa, indirectamente o por simpatía a un partido político suelen centrar su oratoria en denostar toda decisión o propuesta que haga el partido opositor, aunque sean las más lógicas y oportunas. En algunos casos pueden ser submarinos infiltrados y coreados por el partido beneficiado.

APROVECHADO. Ha descubierto que su éxito consiste en que sus “fans” valoran más las catástrofes que pronostican, aunque se refieran a dos o tres lustros vista, que si dedicaran sus esfuerzos a hacer pedagogía de la cual está tan faltada la ciudadanía. Se trata sólo de pontificar sin aportar nunca soluciones a sus propias críticas.

AUGUR.  Sacerdote romano que adivinaba el futuro. Por extensión, también se aplica a toda persona que vaticina; agorero es aquel que presagia desgracias.

RESENTIDO. Aquellos que actúan vociferando vehementemente por el mero hecho de nunca son llamados ni consultados para participar y ser oídos en comités de sabios o asesores de prestigio.


En resumen, los economistas mediáticos que parecen poseer el don de la ubicuidad, están aprovechando la actual crisis en su propio interés, aupados por quienes les pusieron la etiqueta de haber sido los primeros en anunciar la crisis, cuando en realidad se limitaron a usurpar las advertencias y documentadas conclusiones que mucho antes habían hecho economistas de prestigio, algunos Premios Nobel.